martes, 5 de mayo de 2020

Colorterapia: Las emociones del color



No hace falta haber ahondado mucho en la teoría del color para saber que el espectro cromático alberga infinidad de matices y emociones. Quizá nos quedemos en las más superficiales y populares a través de las cuales conocemos que el color rojo transmite intensidad y calor mientras que el azul puede transmitir sensación de frío. Sin embargo, buscando una serie de cartulinas de color para unas manualidades no surgió la idea de escribir sobre ello: ¿Qué emociones nos transmite el color?

Qué es la Colorterapia o Cromoterapia

La Colorterapia es una ciencia que juega con las sensaciones cromáticas para causar sensaciones. En la teoría de la Colorterapia, la percepción de determinados haces del espectro lumínico influyen de forma directa en las emociones.

Aquí es donde comienza la teoría y la investigación sobre qué colores son capaces de animarnos, entristecernos o hacernos sentir felices. La infinidad de colores que nuestros ojos son capaces de captar son a su vez un abanico amplio que conecta con nuestras emociones más primarias. Vamos a descubrir de cuales de trata.

Las emociones asociadas al color

Vamos a hablar de los principales colores intentando ir un paso más allá de los primarios más populares. Vamos a relacionar las tonalidades con las emociones y sensaciones que pueden transmitirnos de forma visual.

  • Color Rojo: El color rojo ha sido relacionado siempre con la actividad, la energía y un estado de ánimo alto. Activa la mente e incrementa la circulación sanguínea. Sin duda es uno de los colores más potentes.
  • Color Naranja: Esta tonalidad, menos agresiva que el rojo, aporta vitalidad, optimismo, y aporta una sensación de bienestar placentera. Su referencia más directa es el Sol, y al igual que el astro Rey, es una gran solución para elevar los estados de ánimo más bajos.
  • Amarillo: El color amarillo transmite una sensación directa de alerta. Su tono es idoneo para activar el sistema nervioso y nos ayuda a mantener la atención favoreciendo el aprendizaje. Simplemente, nos ayuda a estar atentos a los elementos que utilicen dicho color.
  • Color Verde: El color propio de la naturaleza. No podemos evitar dejarnos llevar por su tonalidad y la sensación de paz que nos refiere a bosques tranquilos y alejados del ruido. Aparte de bienestar, ayuda a regular nuestras funciones corporales e infundirles un ritmo pausado y relajante.
  • Color Azul: Otro de los tonos más populares. Con referencia directa al agua y al océano, es un color que nos hace sentir paz y tranquilidad ayudando al sueño y el descanso.
  • Azul Turquesa: Su característica mezcla entre tonos azulados y verdosos nos hace sentir bienestar mental. Relaja la mente tras un esfuerzo anímico o intelectual, y disipa sensaciones como la de soledad. Un color realmente útil.
  • Violeta: El color violeta está vinculado a la faceta más mística y mágica. Es un tono altamente espiritual que ayuda a combatir la ansiedad relajando nuestra mente. Una desconexión eficiente de los problemas del día a día.

 El color aplicado a nuestra manualidad

Como os comentábamos, la búsqueda de las emociones en los colores surge a raíz de una serie de materiales. Nuestra idea era crear una manualidad basada en cartulinas de colores: Un recortable en el que recrear un paisaje tridimensional. Un bosque en el que los árboles y los fondos iban creando una profundidad muy estética.

Aquí es donde pudimos ver que según las tonalidades podíamos lograr una gran cantidad de efectos. Un bosque verde y apacible, azul nocturno para transmitir calma y nocturnidad. Naranja para un día soleado y enérgico, o violaceo para viajar a un bosque encantado. Con ese sencillo ejercicio de imaginación pudimos disfrutar de la variedad de opciones, lo suficiente para replantearnos la apariencia de nuestra manualidad.

Os dejamos esta idea como un ejemplo del poder del color y cómo, con un poco de creatividad, podemos aplicarlo a aspectos empresariales, creativos o de diseño. Escojamos lo que queremos transmitir y démosle vida y color.

viernes, 24 de enero de 2020

Qué es el papel gofrado y para qué se utiliza




Estrenamos blog hablando de un soporte muy interesante.

Quizá el concepto de papel gofrado no os sea natural. Sin embargo, estamos seguros que en cuanto veáis un ejemplo de este papel, enseguida lo reconoceréis. Si buscáis una referencia rápida de lo que es el paple gofrado, podéis encontrarlo aquí.

El papel gofrado es ese tipo de papel texturizado que adopta diversas formas y que imita patrones reconocibles. Muchas veces nos referirá a la naturaleza y a sus formas, por lo que es la opción perfecta para dar un toque extra a muchos trabajos y proyectos combinándolo con colores y formas.

Las utilidades del papel gofrado


Aunque tal vez os pille en frío, el papel gofrado tiene unas características concretas que hacen de él una forma de expresar más allá de lo que puedas plasmar sobre un simple papel.

La manera de transmitir una idea, ya sea en texto o a través de un obra artística, consta de continente y contenido. Sabes que puedes pintar un hermoso retrato sobre un papel y sobre un lienzo, pero el acabado y la sensación variarán causando una sensación completamente distinta. Esta es la clave a través de la cual, el gofrado enriquece el contenido depositado un valor adicional a tu idea inicial.

Fabricando papel gofrado


El papel gofrado se fabrica a través de estampación. Unas planchas metálicas grabadas con la textura deseada inciden sobre el papel permitiendo obtener una infinidad de texturas. La variedad de acabados dentro del gofrado acompañan al estilo u obra que se quiera realizar si se escogen con cuidado. De esta forma, vale la pena plantearnos su uso si nos resultase interesante, sobre todo cuando se trata del uso de colores sobre él.

Papel gofrado con textura de lienzo


Una de las formas más populares para el papel gofrado, la textura de lienzo permite dar a todo impreso una sensación de calidez y clase tradicional. Como si de un cuadro se tratase, cualquier obra de color en un papel gofrado os va a aportar un gran juego con los colores que desees emplear.

La manera de trabajar sobre este tipo de papel es la misma que sobre un lienzo. Los pigmentos quedan retenidos en la textura, de forma que se asientan de una forma no uniforme. Lo que os permitirá esta forma de trabajar es que vuestro resultado quede natural, con un toque clásico, pero sorprendiendo con ese matiz tan de agradable y funcional de plasmarlo sobre un papel que puedes transportar a cualquier lugar.

Papel gofrado con textura de arena


También es muy popular, manteniendo las características del anteriormente nombrado. En este caso, su aspecto arenoso nos trae un aspecto envejecido que evoca y mucho a grandes obras históricas.

Idóneo para replicar mapas, ambientar textos de carácter antiguo o plasmar ideas con un aire clásico. La forma de dibujar o aplicar color sobre él presenta la peculiaridad de su textura. Por eso, volvemos a disfrutar de un carácter muy vívido en el que nuestro dibujo queda envejecido, perfectamente imperfecto y con matices adicionales que le otorgan una vida más allá de su pequeña cuna de papel. Excelente para aplicar color siempre que no sea un estilo de dibujo lineal o técnico.


Así pues, observamos que el papel gofrado nos permite completar diseños que de otra forma sería muy difícil obtener. Obras en las que incluso la textura percibida al ojo o en mano nos permite enriquecer lo que hacemos, aunque es cierto que no es útil para todos los métodos de estampación. Sin embargo, es muy eficaz para fórmulas que sí requieran de esas emociones y sensaciones que un papel especial como el papel gofrado pueda transmitir.